una brisa sutíl llega del mar,
son mis besos escapados en las olas
como regalo que te llegan a besar.
Mirando bajo un cielo azul celeste
el regalo de amor es mi verdad,
como vuelo de gaviotas que se siente
volaremos a la inmensidad del mar.
Compartiendo este aire que respiro
quiero ser el soplo que exhalas al besar,
cada vuelo migratorio que realizo,
en tu nido sólo quiero... descansar.
En un giro hacia la dorada aurora
cada mañana al mi vuelo remontar,
será mi compañía, como ahora,
que te bese con la brisa del palmar.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarMuy bonito.
ResponderEliminar